Los frigoríficos, para su óptimo funcionamiento y conservación, requieren de elementos esenciales como la tapa y el fondo. La tapa ayuda a mantener la temperatura interna, impidiendo la fuga de aire frío. Por otro lado, el fondo brinda estabilidad al equipo y puede incluir cajones para ordenar los alimentos. Ambas partes son cruciales en términos de eficiencia energética y organización interna